lunes, 5 de agosto de 2013

Personaje



Días de visitas familiares y poco tiempo libre, aprovecho un rato, actualizo y saludo por si todavía queda alguien activo en agosto :)






No tengo nombre, mi apariencia es sumamente imprecisa, todo en mí es gris e indefinido, carezco de personalidad y, lo peor de todo, no tengo historia. Soy un personaje sin autor, un personaje por crear, un molde vacío con ansias de vida y sed de existencia.

Sería genial tener una historia que comenzara con algo como: “Nací una fría noche de invierno, en una solitaria casa de un solitario pueblo de esta solitaria tierra”… o, tal vez con algo así: “Me llamo Josías Aldecoa, tengo 39 años y, hasta hoy, mi vida era de lo más anodina…”, o, quizás así: “Cuando nací, hace más años de los que me gustaría confesar, mi padre se sintió el hombre más feliz de la tierra. Mi madre, sin embargo, sintió que su vida acababa con mi nacimiento…”. Y aún más genial sería que, tras un inicio como éste, viniera una historia, mi historia. Me da igual terrorífica, humorística, dramática… el caso es tener una historia. Una vida.

He viajado por todo el mundo en busca de un escritor que me inventara una pero, según algunos soy “poco interesante”; otros me consideran “claramente insulso”, alguno más me ha llamado “el culmen de la mediocridad” y el más considerado, el que incluso llegó a pensárselo durante unos minutos, finalmente me confesó que “era imposible sacar una historia de un ser tan nebuloso”. Pero, ¿qué esperan de mí? Soy un ser sin historia ni personalidad ¿No es normal que sea “insulso” y “nebuloso”? ¿No son ellos quienes me tienen que hacer interesante? ¿No es esa su misión?


Cuando inicié mi búsqueda soñaba con que alguien escribiera el gran libro de mi vida. Que la inventara desde el primer momento hasta el último. ¡Qué sensación tan maravillosa debe ser tener el cerebro lleno de recuerdos, una vida llena de experiencias, un corazón rebosante de sentimientos!

No lo logré, claro, así que pasado un tiempo llegué a la conclusión de que me bastaría con que contaran una historia, cualquiera, un pequeño relato, un capítulo, pero que yo fuera el protagonista. Con eso ya tendría un nombre, un lugar de procedencia y algunos recuerdos.

Luego ya sólo aspiraba a un mísero párrafo.

Y a estas alturas estoy dispuesto a conformarme con una línea en la que, al menos, se diga mi nombre; con eso bastaría para que algún lector me imaginara un rostro y alguna característica más.

Pero todavía no he tenido suerte… y conociendo al escritor con el que estoy ahora, mucho me temo que seguiré sin tenerla.

Cree, el muy ingenuo, que ha nacido para escribir, que lleva la creación literaria en la sangre, cuando la triste realidad es que carece del talento, imaginación y técnica. Hay escritores capaces de provocar un incendio con sus palabras y hay otros, como este desdichado, que no son capaces ni de encender una cerilla.


A pesar de ello he seguido con él por ver si era capaz de darme una identidad, un nombre, una historia por mala que fuera, pero comienzo a dudar de que este zopenco, incapaz hasta de encontrar un nombre para su perro, pueda ayudarme.

Estoy tan cansado y frustrado que he llegado a pensar en el suicidio pero, ¿cómo me voy a quitar una vida que nunca he tenido?

Quizás ha llegado el momento de dejar de esperar a que otro me otorgue identidad e historia.

Tal vez no necesite a nadie más para encontrar lo que deseo.

Yo podría ser, ¿por qué no?, un escritor fracasado. Un escritor sin talento. Un escritor joven con una mente llena de recuerdos y un futuro por llenar. Podría... podría alargar la mano ahora mismo, esta mano que empuña un cuchillo, y apoderarme de esa vida, hacerla mía.

Sería tan sencillo.

Sólo tengo que dar un paso y cogerla.

Si me atreviera a alcanzar mi sueño...


10 comentarios:

  1. Excelente... es un gran logro y muy bien desarrollado. Me encantó

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  2. Como siempre me ha encantado. No has cambiado la manera de escribir. Debo estar tonta pero me he llenado de recuerdos.

    Por cierto, he regresado al mundo de los blogs... Quizás un poco de incógnito o_-

    Besos ♡♥♡

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  3. me ha parecido un relato magistralmente escrito ... me quedé sin palabras ... me encantó xoxo Abril

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  4. vaya, parece que hasta los que no tienen historia tienen algo que contar. Eso es rizar el rizo¿no?
    :)

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  5. Bernardo Cienfuegos: Muchas gracias, Bernardo :)

    Luna de Castor: Y tan de incógnito que estás que no sé... o sí sé... ¿Patricia? ¿Paisana? :D

    Abril: Gracias, gracias y gracias, pero no te quedes sin palabras... ya he visto que tienes muchas por compartir :)

    Anónimo: Hmmm... no, realmente, no es rizar el rizo. En realidad, con esta historia vemos que hasta aquellos que creen no tener nada que contar, se equivocan ;)

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  6. Ay, pobre... me estaba dando tanta pena el pobre personaje que he pensado "En cuanto acabe de leer le digo a Nanny que me lo mande, que yo le escribo una historia". Claro que, en cuanto he llegado a lo del cuchillo he pensado que igual ya no me necesitaba.
    :-)
    Qué grande eres.
    Un abrazo, preciosa.

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  7. Vichoff: Calla, calla, mejor déjalo que se busque él las castañas que tiene mucho peligro y yo espero disfrutar de tu compañía durante muchos años :D

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  8. Sigues siendo una de mis escritoras favoritas. Ese personaje puede cobrar, seguro que lo ha hecho ya, vida en tu imaginación.

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  9. Rafael Criado: Muchas gracias, Rafael, se extrañan tus flores mañaneras en Netwriters :)

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  10. Anónimo1/9/13, 7:33

    ..."Y a estas alturas estoy dispuesto a conformarme con una línea en la que, al menos, se diga mi nombre; con eso bastaría para que algún lector me imaginara un rostro y alguna característica más".


    Aquel muchacho con rasgos finos, su tes de color canela; decían mucho al sombrío de una noche entre la pared de un callejón, pateando piedras justo debajo de la luz de un poste, rodeado de ladrillos oscuros. En aquel momento en que pude divisar de aquella voz, varonil, suspirosa, grabe y mágica; los hermosos labios de un hombre, de un varón, de un chico de suspiros cotidianos, de una búsqueda sin respuestas, de aquella voz, de aquellos labios, junto a esas hermosas pestañas y ojos verdes intensos, con cejas gruesas y varoniles, pues era un hombre casi perfecto, dulce y sensible como una flor, su virilidad era única como de película, sin dudas como un príncipe, esos gestos que me enamoraron justo en el momento en que te escuché.

    Nunca supe... Nunca supe quien eras, pues estaba ciego e intenté escribir para intentar alcanzarte, pues al escucharte, pude entender que yo, yo era el muy ingenuo, el que creía que había nacido para escribir, el que llevaba la creación literaria en la sangre, cuando la triste realidad es que carezco del talento, imaginación y técnica. Me hiciste entender que hay escritores capaces de provocar un incendio con sus palabras y hay otros, como yo, que no son capaces ni de encender una cerilla.

    Más yo, al escucharte retrocedí, me escondí tras ese basurero de ese callejón, temí y no fui capaz, no fui capaz y, me escondí tras el verso de tu voz, tras la magia que me convirtió en aquella narración que en ese momento no entendí, mas después comprendí que solo, solo se trataba de mí.

    Retrocedí.

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Yo ya he hablado demasiado, ahora te toca a ti...

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