sábado, 25 de mayo de 2013

Atrapado

Nueva entrega de esta especial colaboración entre letras e imágenes, siendo mías las letras y las imágenes de Necio-Hutopo que, como ya he dicho varias veces, de necio poco y de gran dibujante y escritor, mucho. Espero que disfrutéis tanto como Mario ha debido disfrutar dibujando y yo he disfrutado escribiendo.





No tardarán en encontrar mi escondite. Cada vez están más cerca, puedo oírlos perfectamente. Este sótano ha sido mi salvación pero también será mi tumba. Lo sé. No me importa. No mucho en todo caso. Una parte de mí está deseando que me atrapen y acabar con todo de una vez. Estoy cansado de huir, de esconderme, de ser acosado y cazado. Casi mejor acabar.
Durante un tiempo nos creímos triunfantes. Los habíamos arrinconado, parecía que su número había decrecido. Hacía tiempo que no veíamos ninguno nuevo y eso nos hizo creer que habíamos vencido.
¡Estúpidos!
Creíamos tener el poder. Éramos más que ellos. Éramos más fuertes. Éramos invencibles. Éramos poderosos. Creíamos poseer el mundo.
¡Estúpidos, estúpidos, estúpidos!
Aquello no fue más que un espejismo. Una ilusión. Un deseo infundado.
Ellos reaccionaron, contraatacaron... y vencieron.
Los pocos de nosotros que quedamos nos hemos convertido en diversión. Somos perseguidos, acosados y cazados como conejos. 



Llevo días huyendo y estoy cansado. Estoy hambriento. Estoy desesperado. Hace mucho que no veo a ninguno de los míos. Mire donde mire, vaya donde vaya, sólo los veo a ellos ocupando carreteras, calles y casas.
Creíamos que habíamos vencido.
¿Se puede ser más iluso?
Oigo sus pasos en el piso de arriba. Lentos pero seguros, implacables e incansables. Que me encuentren es sólo cuestión de minutos, quizás segundos.
Ahora incluso puedo olerlos.
¡Qué hambriento estoy, qué cansado!
Ya me han encontrado.
Golpean la puerta. No pararán hasta derrumbarla.

Bien, me alegro. Ahora todo acabara. Al fin.
Les espero en pie. Agotado pero firme. No voy a dejar que me maten sin más, antes espero llevarme a un par de esos monstruos.
Les grito aunque sé que no me entienden.
La puerta cede.
Los humanos entran.
Conmigo muere mi raza.
Soy el último zombi y estoy hambriento...







No hay comentarios:

Publicar un comentario

Yo ya he hablado demasiado, ahora te toca a ti...

Karma

  El viejo monje observaba la delicada mariposa posada en su dedo. ‒Una vez fui como tú -le dijo-, y una vez tú fuiste como yo. Lo recuerdo ...