martes, 8 de marzo de 2011

Las cosas del querer

Rojo


El sol del anochecer tiñe el mundo de rojo. Ella, entre las rocas, increpa al mar, vierte sobre él improperios y maldiciones mientras sus lágrimas saladas se mezclan con la sal del océano. La tarde, roja, avanza lentamente hacia la noche mientras ella -la loca, la chiflada, la perturbada- sigue maldiciendo e insultando a ese mar que se le llevó lo que más amaba una tarde como aquella de hacía tantos años.



Y ahí está ella, como cada tarde, soltando sobre el maldito mar toda su rabia y toda su pena, envuelta en rojo, inmersa en rojo, llorando en rojo.


Amor sin esperanza


La amó durante toda su vida.



La amó en silencio, sin que ella supiera nada.



La amó a distancia, sin que ella conociera de la existencia de ese hombre que era ya más satélite suyo que hombre libre.



La amó más que nadie en el mundo, sin que ella se sintiera amada.



Pasó toda su existencia sin atreverse a vivir un amor que era su vida y muriendo por un amor que le hacía nacer cada día.



Ella murió en abril. Él la siguió en mayo.



No sabía vivir sin ese anhelo por el amor nunca vivido quiso ir tras ella a la muerte para continua amándola de lejos, a distancia y sin esperanza.


En la playa


Y cayó, agotada, a la orilla del mar.



Sintió, agradecida, el frescor de la arena húmeda bajo su cuerpo sudoroso. El corazón le latía con fuerza, acelerado tras la larga huida.



Una luna enorme salía tras el horizonte y el sonido del mar comenzaba a adormecerla. Los hombres la habían hecho correr durante todo el día y se sentía agotada.



Si no se hubiera encontrado con él no lo habría conseguido. La había ayudado y guiado hasta aquella recóndita playa y ahora, a su lado, la acompañaba, consolaba y protegía.


Entre los latidos de su corazón podía oírlo resoplar a su lado, transmitiéndole seguridad y esperanza.



En unos minutos ella se repondría y podrían continuar su camino, lejos de los hombres que querían esclavizarla.



La luna, blanca y enorme, los guiaría hacia su nueva vida.


Imágenes obtenidas en devianArt.

13 comentarios:

  1. Cosas del querer, así sin mas…el amar a distancia, puf, que horror…abrazo

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  2. Que buenos relatos Nanny.
    Amar en silencio,sin que ella lo descubra. Ufs!!

    Un abrazo,desde la distancia.

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  3. Que buenos microrrelatos, te felicito.

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  4. Me quedo con el desgarro de ese "amor sin esperanza"...Qué triste y qué bello...
    Besos

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  5. Tnf25: Más horrible que el amor a distancia es el amor no correspondido. Al menos, con el primero tienes alguna esperanza.

    Saqysay Amar en silencio es duro y, a veces, podría cambiar con sólo hablar ¿o no?

    Guara: Muchas gracias, y bienvenido :)

    WinnieO: Yo también me quedo con ese. Tras publicarlos casi me parece que los otros dos son mero relleno :D

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  6. Desgarradores, sí... pero preciosos, nanny... Aunque me recuerdan un poco a aquella de Mecano que rezaba "porque amar es el empiece, de la palabra amargura"

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  7. Necio-Hutopo: No siempre es amar como decía Mecano pero sí que es cierto que, durante buena parte de la vida, el amor es más amargo que dulce.

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  8. Tres tristes historias (parece un trabalenguas)

    Sobre la segunda, viene al pelo la frase típica de que más vale intentarlo y que salga mal, a quedarse con las ganas y vivir arrepentido.

    Besos, guapa.

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  9. Es de una belleza que estremece y conmueve...

    Son todos relatos tremendamente hermosos pero "Amor sin esperanza" resulta sublime....Es la exaltación de algo tan límpido¡¡¡¡

    Una idealizacíón de las que adoro.
    Gracias Nanny por este buen rato.

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  10. interesante y desazonador a su vez

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  11. Nanny, cómo estás tanto tiempo, quería volver a visitar a "viejos" amigos, pues se me está haciendo complicado. Te extrañaba.
    Me gustó "Rojo", es potente.
    Te dejo un beso enorme..
    Humberto.

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  12. Tesa: Pues sí, Tesa, yo también creo que es mejor arriesgarse que quedarse con las ganas, sin duda alguna.

    Escribiente: Amor sin esperanza es mi favorito, no sé por qué, pero es el que más me gusta. Muchas gracias :)

    J.G.: Gracias por tu visita.

    Humberto Dib: Pásate cuando puedas y cuando quieras, siempre eres bienvenido :)

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  13. Preciosos , tristes y desgarradores relatos

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Yo ya he hablado demasiado, ahora te toca a ti...

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