martes, 25 de agosto de 2009

Obesidad

Antes de dar paso a la historia quiero dar aviso de que una servidora se larga unos días de vacaciones (que ya era hora, digo yo) eso sí, amenazo con volver pronto, muy pronto, demasiado pronto, seguro. Y una vez avisados, dejo que hable el protagonista de este relato inspirado (el relato, no el protagonista) en una noticia sobre obesos que leí no hace mucho. Espero sacar alguna sonrisilla porque me parece que se me estaba quedando esto como muy serio últimamente. Hale, a pasarlo bien, yo vuelvo en seguida :)



Verá, yo ya se lo avisé a la Muerte, que no me podía morir, que con todos estos kilos no hay ataúd que me valga. Pero ya ve el caso que me hizo...


Ella, bueno, mejor dicho él, porque aquí, entre nosotros, la Muerte es un señor. Sí, así como lo oye, un señor y, si quiere que le sea sincero, nada impresionante. La Muerte, sépalo usted, es un señor tirando a bajito, regordete.... hmmmm... ¿conoce usted a Danny DeVito? Pues tal cual. Sí, señor, la Muerte es igual igual que Danny DeVito. ¿Qué? ¿Cómo se le queda el cuerpo? Imagínese, toda la vida esperando ver aparecer un esqueleto con túnica y, cuando llega mi hora, me encuentro a Danny DeVito con traje y corbata. Tsk. Nada impresionante, se lo puedo asegurar. Bueno, cuando habla la cosa cambia algo pero así, al pronto, impresionar, lo que se dice impresionar, no impresiona mucho.


Pero, vaya, a lo que iba que me desvío (¿Me pasa usted la sal, por favor? Muchas gracias) ¿Por dónde iba? Ah, sí, pues eso, que me llega la Muerte DeVito y me dice: Llegó tu hora, Aurelio -ese soy yo, Aurelio Gordo para servirle, sí, sí, Gordo es apellido, predestinado que estaba uno- hay que irse ya (la Muerte es que habla así ¿sabe? En negritas, manías que tienen los entes sobrenaturales). Y yo voy y le digo que de eso nada, que yo no me puedo morir, que no tengo dónde me entierren, que con este tamaño no hay ataúd que me aguante. Y él que no hay nada que hacer, Aurelio, que llegó el momento de decir el adiós definitivo y no me vengas con excusas que me las conozco de todos los colores. Y yo venga a decirle que no era ninguna excusa, que si tuviera dónde caerme muerto -literalmente- no tenía ningún problema en largarme pero que, dadas las circunstancias, no pensaba dejar a mi familia en semejante embrollo.


Pero, nada, oiga, que la Muerte DeVito es muy cabeza cuadrada y no hay quien le haga cambiar de opinión, que su misión es su misión y que tiene que cumplirla y que si es tu hora, pues es tu hora y santas pascuas. Y ahí me tiene usted, discutiendo con la parca y, antes de que me dé cuenta, en mitad de una palabra, me toma de la mano, tira de mí y... ¡zas! De repente me encuentro de pie a su lado y mi otro yo (el corporal) está tirado en el suelo (entonces descubrí que mi santa madre no exageraba cuando hablaba de “la cara de pánfilo que tiene este chico”).


¿Y ahora qué?, le pregunto yo a DeVito. ¿Cómo que ahora qué?, me responde él/ella o cómo se diga. Eso, que ahora qué se supone que pasa, qué tengo que hacer y eso. Ah, bueno, eso ya no es mi problema, yo he cumplido con mi trabajo, lo que pase a partir de ahora dependerá de tus creencias; y, sacando su PDA, se despide diciendo no sé qué del Polo Norte y el frío y que menos mal que los inuits son pocos... En fin, que me quedé solo y desconcertado, mirando mi cuerpo, mi cara de memo y pensando en mis creencias.

Entonces recordé que, según mi fe, un alma no puede separarse de su cuerpo hasta que éste es debidamente sepultado. Y razoné que mi cuerpo, debido a mi/su tamaño, no podía ser sepultado así que, por tanto, mi alma (o sea, yo) no tenía ningún sitio al que ir... salvo mi cuerpo. Llegados a este punto del razonamiento decidí probar a entrar en él y, sorprendentemente, funcionó.


De modo que aquí me tiene usted, todo un señor zombie, bien gordo, eso sí, pero zombie. Al principio me dije que sería por poco tiempo, lo que tardaran en hacerme un ataúd ¿sabe? Pero luego le fui cogiendo el gustillo a esto de ser un no-muerto y no me animo yo a abandonar de nuevo a mi cuerpo. Hombre, tiene algunos pequeños inconvenientes, no le diré que no, pero con paciencia e ingenio, todo se supera; por ejemplo, está el problema del olor que intento solucionar usando mucho perfume, no sirve de mucho pero algo es algo. También está el asunto de la facilidad de desprendimiento de diversos miembros corporales pero he estado practicando la costura y ya lo tengo bastante controlado. Y así varias cosillas más que voy solucionando a medida que aparecen.


Mi familia no es que esté muy contenta. Preferirían que me portara como cualquier muerto decente, me metiera en mi ataúd -uno que me hicieron a medida, en madera de cedro, modelo luxury, muy cómodo- y dejara que me enterraran pero, oiga, que no me apetece a mí ese plan.


Me gusta mi vida como no-muerto.


Si hubiera ataúdes para gordos no habría pasado esto.


En fin, que yo se lo dije a la Muerte DeVito, que no podía morirme. No tengo culpa si no me hizo caso.





14 comentarios:

  1. Hola Nanny! Lo mas admiro es la capacidad de hacerme reir y de cambiarme el humor. Gracias por ello!!!
    Pd: Felices vacaciones!!!

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  2. Uy, qué mal rollo, nena
    ...que me está dando, que a mí no me va a caber el culo en ninguna parte
    :(

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  3. Ah!! y pásatelo muy bien, nos leemos a la vuelta

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  4. PRIMERO: Que tengas unas excelentes vacaciones, aunque sean breves. Siempre es bueno tomarse un tiempo... Hace muy bien.

    SEGUNDO: Es una completa verdad, lo que dices, todo está diseñado para personas delgadas. Espacios reducidos en todos lados. Nunca piensan en los demás. Un claro ejemplo es la ropa de vestir... Parecemos uniformados, todos el mismo diseño, tamaño, corte, etc... Si hasta el color...


    Besitos, que estés bien!

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  5. Que lo pases bien, y que no te encuentres con el señor Gordo.:) Un beso.

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  6. Zombies... Mmmm... Los zombies molan... Vamos que tu sabes qye bata poner uno de ellos para que yo sea inmensamente feliz y me guste... Más aún si, además, está tan bien escrito como éste.

    Por lo demás, felices vacaciones... Tienes un regalo esperando en tu mail a que regreses...

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  7. Que lo pases bien y te diviertas mucho,nos leemos al regreso

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  8. Me encantó. diálogos con chispa. Muy bueno. Y el video muy divertido.
    Besos

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  9. Claro, absolutamente creíble "der tó", ¿osea que depende de las creencias?, mmmmmhhhh, eso me acaba de dar una idea sobre creencias que sean verdad o no, por lo menos ilusionar, ilusionan

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  10. Niñaaaa olvidate de zombis y muertos vivientes y disfruta de esas bien merecidas vacaciones, q aunque sean cortas, siempre sientan de maravilla...
    Un besazo para toda la family ....

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  11. Pues nada, que pases unas felices vacaciones.

    Besos!

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  12. Jajajajajaja, me ha chiflado, pues eso, que si el hombre es feliz que siga así ^_^

    Felices vacaciones cariño, diviértete muuuchooooooooooo.

    Besotessssssssss

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  13. Me ha gustado :D Me he imaginado a Danny DeVito totalmente xDD

    Esto me pasará a mí, seré zombie por no tener ataúd de mi talla xDDD

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  14. Hola Nanny. Te voy leyendo con bastante retraso y últimamente no tengo tiempo para nada. Leí este porque me lo llevé para leerlo tranquilamente en la pda (en el bus.. jeje) En fin, creo que si la muerte se pareciera a Danny de Vito al menos podríamos pasar un rato agradable. Es un tipo divertido, también relacionado con la Muerte, de alguna manera. Recordemos "Tira a mamá del tren".

    besotes.

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