miércoles, 24 de septiembre de 2008

Sentidos IV

Gusto

Hubo, hace millones y millones de años, una pequeña especie animal de existencia tan efímera que por no tener, no tiene ni nombre pero a la que podríamos denominar Ignotus (por llamarle algo y que quede bien…). Estos pequeños animales no nos han dejado ni fósiles, ni transmitieron su ADN a especies posteriores. No hay la menor noticia biológica de su existencia porque desaparecieron por completo (1).

Estas extrañas criaturas, de brillante color verde con toques de luminoso naranja (2), eran sociales, frugívoras y bastante tímidas (3). Vivían en grupos de entre diez y doce individuos, eran ovíparos y monógamos, siendo el cuidado y alimentación de las crías una tarea compartida entre todos sus miembros.


Y usted se preguntará por qué desaparecieron estas encantadoras y hermosas criaturas (4). Pues yo se lo explicaré. Esta singular especie carecía de cierto sentido que, aunque a primera vista pueda parecer insignificante, resulta de vital importancia si se vive en plena naturaleza: el sentido del gusto. Para estos animalillos, gustativamente hablando, lo mismo daba una piedra que un melón porque, en lo que a su paladar se refiere, no existía diferencia entre amargo, salado, dulce, ácido y umami (5).


Sí, parece poco importante pero piense, piense un poco y se dará cuenta de que, evolutivamente, suponía un desastre. Y es que estos bichitos, al carecer del sentido del gusto se comían cualquier planta que pillaran… cualquiera… incluidas las venenosas. Imagínese un montón de bichitos verde-anaranjados comiendo toda la fruta que se le pusiera por delante (6), absolutamente toda, verde, madura, fermentada, comestible, podrida o… venenosa.


Por supuesto, no fue cosa de una sola generación. La Evolución fue salvando a aquellos que tuvieron un poco más de suerte en eso de elegir la fruta. Un par de ellos, tres a lo sumo, por grupo. En realidad la Evolución podía haber sido un poco más generosa con estos Ignotus y aceptarles suerte como cualidad válida para la supervivencia pero, claro, la señora Evolución es que es así de puñetera y dice que eso de la suerte no tiene la validez científica suficiente y que no se puede imprimir en los genes y que si todo fuera sólo cuestión de suerte, tendría que admitir un montón de especies imposibles y que… bueno, y que no le daba la real gana y sanseacabó. Si hubieran tenido algo más que suerte para sobrevivir, algo así como un ligero sentido del gusto que luego ella hubiera podido usar para evolucionarlos… pero sólo con suerte pues no, oiga, que si no luego esto es un cachondeo…


En fin, que poquito a poquito, los Ignotus fueron extinguiéndose. Lenta pero inexorablemente. Hasta que este mundo nuestro perdió al último de su especie, eso sí, la criaturita se fue bien contenta porque la fruta que lo llevó a la extinción definitiva, aparte de venenosa estaba en su punto exacto de fermentación; de modo que el último Ignotus se fue al otro barrio entre las hermosas brumas de una borrachera de campeonato, mientras entonaba el equivalente antediluviano al Asturias patria querida…



Es una lástima que nunca hayamos podido ver una de esas hermosas criaturas de color verde-anaranjado dando saltos por las sabanas o las selvas o las montañas o… bueno, por donde quiera que fuera su hábitat… y todo, por no tener sentido del gusto.


¡Qué mundo tan injusto! Snif…






(1) Ya, ya sé qué va a decirme: ¿Y si no hay ningún rastro de su presencia en este nuestro planeta cómo sé que realmente existieron? Pues… verá… lo sé y punto ¿Vale? ¿No conoce usted eso de la “suspensión de la credulidad”? Pues eso. Usted se lo cree porque yo se lo digo y santas pascuas. Hay que ver, a todo le quieren encontrar una explicación racional… ¡Homo sapiens! ¡Bah!


(2) Para cualquier pregunta del tipo ¿Y cómo lo sabe usted sino queda el menor registro bla, bla, bla…? Véase la nota nº 1.


(3) Bueno, excepto cuando se tomaban más de tres piezas de frutas en plena fermentación. Entonces toda su timidez desaparecía transformada en… mmm… bueno, mejor se pasan por algún botellón este fin de semana y se podrán hacerse una idea de su comportamiento.


(4) Vale, está bien. No tengo ni idea de si eran hermosas o no pero puestos a imaginar…


(5) Palabra japonesa que significa sabroso, es el quinto gusto básico junto al dulce, salado, amargo y agrio.


El ácido glutámico o los glutamatos comúnmente encontrados en carnes, quesos, sopas, u otras proteínas en forma libre estimula receptores específicos en la lengua resultando en el gusto umami. En china umami se conoce como xianwei.


El glutamato es utilizado históricamente en numerosas culturas para aumentar la palatabilidad de los alimentos: en Asia como salsa de soja y salsas de pescado, en Italia con el queso parmesano y anchoas, en España con el jamón serrano. El gusto umami corresponde al gusto de Marmite en el Reino Unido, la salsa Golden Mountain en Tailandia, Maggi, Goya sazón en América Latina y las islas caribeñas, salsa Lizano en Costa Rica y la mayonesa Kewpie en Japón (Fuente: Wikipedia).


(6) Ahora es cuando el “listo de la clase” (o la lista) va y suelta aquello de: ¿Y si no tienen sentido del gusto por qué comían frutas y no cualquier clase de alimento? Pues… oiga… eso se lo pregunta usted a la Evolución (sita en la O.C.P.A., 4º piso, junto a las oficinas de “Madre Naturaleza”; ah, cuidado con los enseres que vuelan entre oficina y oficina, cosa de estas señoras que siempre andan a la gresca) y a mí me deja tranquila de una vez…




27 comentarios:

  1. Que placer terminar un día leyendo algo tan umami como esto. =)

    ResponderEliminar
  2. Pues no saben lo que se perdían los pobres si todo les sabía igual... Un beso.

    ResponderEliminar
  3. umami... hay que ver lo que uno aprender... :S

    Besos!

    ResponderEliminar
  4. Ayssss pobrecillos!!!

    Pero mira... no se yo si, a veces, no me gustaria tener el gusto un poco distinto... que asi comeria mas verduras... seguro!!! xDDD

    Un besitooo

    ResponderEliminar
  5. Cada vez que se ha descubierto una especie nueva, se les ha bautizado con el nombre de su descubridor.
    Ignotus de Ogg, sería la denominación de este bichito.
    :)

    ResponderEliminar
  6. Christian: El placer es empezarlo con esos piropos :)

    Susana: Bueno, entre otras cosas perdieron la vida los pobres pero así es la evolución :D

    ermoya: A mi me lo vas a decir que jamás había oído eso del umami hasta que me dio por buscar cosas sobre el gusto ;)

    Acoolgirl: Hmmmm... vale, lo confieso a mí a veces también me gustaría cambiar el gusto por las verduras y por el pescado :D

    Tesa: Huys qué raro suena eso de Ignotus de Ogg... raro pero no mal ¿eh? :D

    ResponderEliminar
  7. ¿... y se murienron siendo unos sosos? Po anda que..., con lo rica que está una fresa, un duragno o un plátano de Canarias!!! O una tarta de moras como la que me estoy comiendo en estos momentos. Ellos se lo perdieron...
    Besicos niña imaginativa.

    ResponderEliminar
  8. En la vida había yo varado tanto en los sentidos....

    Lo que se aprende contigo, leñe...

    Ser soso, saborío... que pena.

    Un beso. Marea@

    ResponderEliminar
  9. Y vista??' no tenían tampoco vistaaa? porque anda que no se distingue bien una fruta pocha de una buena...

    ResponderEliminar
  10. Ni se me hubiera pasado por la cabeza preguntarte por qué sabías de su existencia!

    Creo que ese por qué lo has dejado bien clarito! ;)

    Muchos besitos guapa!

    ResponderEliminar
  11. juaaaaaaaa, pues a mí el otro día me pareció ver a un Ignotus cantando en un bar, todo borracho xDDDDDDD


    la historia me ha hecho gracia, aunque a lo mejor me tendría que poner triste por la desaparición de esos seres.....xD

    ResponderEliminar
  12. Hola, soy Ivánivienen. Aún no me hice cuentas de modo que figuro como anónimo. Si necesitas los posts de tu antiguo blog, los he podido recuperar y te los puedo enviar a la dirección que digas. No lo he hecho, pero con algo de paciencia podrías descargar los comentarios de los antiguos posts. Un abrazo también para los tuyos, desde Madrid.

    ResponderEliminar
  13. Bueno, suerte tuvo el último que desapareció en plena borrachera. Probablemente la forma mas alegre de morir.

    Besos.

    ResponderEliminar
  14. ¡Pobres criaturas¡: ¡qué existencia tan insípida¡

    La falta de gusto fue su perdición..¿Cuál será la nuestra? Porque dicen que todas las especies tenemos fecha de caducidad. Es cuestión de tiempo.
    Un texto ingenioso, como siempre.
    ¡Y vital¡ porque se va de esta vida, sí, pero con la sonrisa de una borrachera....Abrazos..

    ResponderEliminar
  15. Lástima que no pudieramos ver a esas hermosas criaturas.

    Ahora, que verlas comer fruta podrida... aggggg...

    Un beso guapa

    ResponderEliminar
  16. Pobres ignoti, lo que se perdían. Un beso

    ResponderEliminar
  17. Nani: Mujer, sosos no eran, pobres, si eran la mar de divertidos y monísimos pero, oye, que no tenían sentido del gusto ellos... animalitos...

    Mare@: La verdad es que yo tampoco me había parado tanto a pensar en los sentidos... y eso que nos ponen en contacto con todo lo que nos rodea :)

    Veci Marguis:: Mira que llegas a ser chinchosa... pues vista sí que tenían pero, oye, cuando hay hambre hay hambre y ya conoces el refrán que dice que a buen hambre no hay pan duro... ni fruta pocha... anda que... claro, tú acostumbrá a tratar con las finolis de las camelias... :P

    Martha: Ah, eso es que eres una buena persona pero teniendo en cuenta la cantidad de quisquillosos que llegan a pasar por aquí, mejor me curo en salud :D

    Carmncitta: ¡Halaaaaa! ¿Has encontrado a un Ignotus? ¿Vivo? ¡Pero eso hay que contárselo a Nature! :D

    Ivánivienen: Muchas gracias por tomarte la molestia de recuperar esos posts y muchísimas gracias por ofrecérmelos pero yo guardo todo lo que escribo así que los tengo a buen recaudo; incluso he pensado en ponerlos por aquí o en otro alojamiento. Muchísimas gracias de todas formas. Ah, mi dirección de Email está ahí donde pone "Ver todo mi pérfil", por si necesitas algo ;)

    Cronopio: Hombre, el pobre bicho se fue pero feliz ¿Qué más se puede pedir? :)

    Escribiente: Nuestra perdición... bueno, probablemente seremos nosotros mismoss, después de todo carecemos de cualuqier otro enemigo natural.

    Oscura: Bueno, no las pudimos ver pero las podemos imaginar, no es lo mismo pero... :)

    Miro: Pues sí, pobres pero así es la Evolución :)

    ResponderEliminar
  18. Pues mira tu que si alcansaron a saberse la letra de "Asturias Patria Querida", me da a mi que con algunos humanos más bien modernos sí que convivieron... y no sería raro, digo al Dodo sí que lo conocimos y no hay tampoco registro fósil de su existencia ni muestra alguna de su ADN* (ni en tejido conservado o en algún otro animal)... Así que nada, los conocimos y los perdimos por partida doble: por soso, ellos, y por idiotas, nosotros.

    * Poco después de la muerte del último dodo y con conciencia plena ya de sus extinción, el director del único museo que contaba con uno de ellos disecado, lo mandó quemar por considerara que la pieza se encontraba (maltratada y llena de polvo)... Lo dije, idiotas

    ResponderEliminar
  19. LA EVOLUCIÓN ADEMAS DE CAPRICHOSA ES UN POCO..¿COMO DECIRLO? SI UN POCO CABRONA.
    LO RAZONO,SE CARGA A UN ANIMALITO TAN INOFENSIVO COMO EL IGNOTUS POR SOSO. Y DEJA A UN BICHO TAN PELIGROSO COMO BUSH,QUE DICHO SEA DE PASO TAMBIEN ES UN SOSO Y UN RAMPLON.
    ESO POR NO HABLAR DE OTRAS ESPECIES PELIGROSAS:
    BOIXOS NOIS(ESPECIALISTAS EN TIRAR BENGALAS EN CAMPOS DE FUTBOL LLENOS DE PUBLICO).
    AYATOLAS(SEAN DE LA RELIGIÓN QUE SEAN).
    EN FIN HAY TANTAS ESPECIES QUE PUDIERAN HABERSE EXTINGUIDO.
    PARAFRASEANDO A CHRISTIAN(FORMA FINA DE DECIR PLAGIO): QUE PLACER EMPEZAR UN DIA LEYENDO ALGO TAN unami COMO ESTO.
    GRACIAS POR PASARTE POR MI BLOG, ESTAS INVITADA CADA VEZ QUE QUIERAS.
    UN SALUDO MUY GUSTOSO.......

    ResponderEliminar
  20. Lo que más me ha gustado ha sido lo del umame, qué cosa más curiosa y nunca me lo había planteado.

    ResponderEliminar
  21. Bueno, sí, venía en el Boletín de Anales Científicos de la Real Academia de Artes y Ciencias de Lepe, coño, hasta le dedicaron un monográfico y todo, anda que no

    ResponderEliminar
  22. Pues a mi lo q les pasa a esos ignotus, me pasa cuando pillo un gripazo q to me sabe igual, pierdo el gusto jajaja...

    pero vamos, yo soy de buen comer q haría yo si no pudiera saborear jaja...besos wapa!!!

    ResponderEliminar
  23. ¿A ver si me he enterado? lo del umami y los bichillos ignotus esos, al final es que hemos evolucionado en lo de comer, se ha pasado del gusto por lo crudo (recien cazado y para dentro), a lo guisado (antes de tregar) y después de la dieta mediterránea a eso de la comida rápida ¿no?

    Vaya, me temo que no era eso, jejeje

    Genial disquisición y texto sobre el gusto (esto ya en serio).

    Saludos

    ResponderEliminar
  24. Ves lo que pasa por no tener gusto? Mira que ir vestidos de naranja todo el tiempo...! Con lo elegante que es el negro...

    Un beso enorme, preciosa!

    ResponderEliminar
  25. Ahora resulta que la Nanny habla japonés... ¡pues te aguantas, porque yo soy el único habitante de la tierra que habla el idioma de mi planeta! ¡Chínchate! ¡Gano a Nanny, gano a Nanny!

    Y por cierto, ahora que me doy cuenta, yo he visto a esas criaturas en algún sitio... no sé si en el zoo de Proproprorta (en mi planeta) o en el de Estepona...

    BESAZOS

    Seguiremos investigando...

    ResponderEliminar
  26. Pues mira, no se que me gusta mas, si el relato o las notas del autor... ¿Habré perdido el sentido del gusto?

    Muy bueno, de veras.

    Un beso

    ResponderEliminar
  27. El glutamato monosódico lo encontrarás entre los ingredientes de los paquetes de Cheetos y demás como potenciador del sabor ;)

    Un besote!!

    ResponderEliminar

Yo ya he hablado demasiado, ahora te toca a ti...

Karma

  El viejo monje observaba la delicada mariposa posada en su dedo. ‒Una vez fui como tú -le dijo-, y una vez tú fuiste como yo. Lo recuerdo ...