viernes, 1 de agosto de 2008

Historias



Hay historias que tienen tantísimas ganas de ser contadas que salen como disparadas de los dedos. Salen a presión, sin detenerse a tomar aire, sin dar tiempo a que las medites. Casi se “caen” de los dedos. De esas hay muchas en este blog.

Hay otras, sin embargo, que van saliendo a trancas y barrancas. Historias que se vuelven tímidas a medida que vas contándolas y que, aunque empiezan con ganas, acaban por salir con reticencia y malas caras. Pero, finalmente, salen. De esas también hay unas cuantas en este blog.

Hay, por último, otras historias que empiezan a contarse y, sin saber cómo ni por qué, se detienen. No quieren acabar de desarrollarse. Se quedan en meros inicios. Un párrafo, tres a lo sumo. Son historias que enseñan la patita y luego salen corriendo a ocultarse en lo más profundo de mi mente. Son cuentos que, por mucho empeño que le ponga, se niegan a ir más allá. Son como esos estudiantes que comienzan tres carreras y no acaban ninguna.

Son intentos de continuar algún cuento anterior, como este:

“Soy Payasote el Fantasmote. El payaso fantasma ¿o era el fantasma payaso? ¿O el fantayaso… o el payatasma? Bueno, en fin (Reverencia… qué suelo más sucio… Reverencia… mira, un euro… Reverencia…). Soy yo.

Hace un tiempo te conté mi historia. Tú me recuerdas, te lo veo en la cara. Y tú… tú te has olvidado de mí, te lo noto en los ojos. En cuanto a ti… mmm… veamos… ¡Tú no me conoces! Bueno, no importa. Para ti que me recuerdas (besote), para ti que me has olvidado (besito) y para ti que no me conoces (besazo), para todos, todos, todos, absolutamente todos y todas…. PRRRRRUMMMM…. (esto es un redoble aunque suene raro) os voy a contar una historia.

Mía, claro.

Bueno, mía y de alguien más”.

Y ahí se quedó el tema. Hasta ahí llegó el cuentito. Se plantó y no quiso seguir.


También tengo este otro inicio de cuento:

“¡Bienvenida, señorita!

¡Bienvenido, señorito!

¡Bienvenidos y bienvenidas al País de los Juguetes Antiguos!

El país donde viven los juguetes que gustaban a vuestros papás y a vuestras mamás; a vuestros abuelos y a vuestras abuelas; a vuestros bisabuelos y a vuestras bisabuelas y hasta a vuestros tatara-tatara-tatara-tatarabuelos y a vuestras tatara-tatara-tatara-tatarabuelas.

Os hemos preparado un desfile para presentaros a todos estos juguetes. Así que mejor será que os sentéis. Tú, aquí, y tú por aquí… aquel por allí y aquella por allá… y ese que se ponga ahí y esa, esa… mmmm… ahí, sí, ahí”.

Y, al llegar aquí, dijo: me planto… y ya no hubo forma de seguir…




Y éste relato de aquí también se plantó al poco de comenzado:

“Siempre había creído que mi familia era muy normal y muy aburrida pero dice mi amigo Luisito que de eso nada, monada. Que mi familia es muy rara. Pero yo no sé por qué dice eso.

Mi familia está formada por: mi mamá, mi papá, mi hermana mayor y un señor de marrón que ya estaba en casa cuando mi mamá y mi papá se mudaron y al que todos llamamos tío Don Nadie porque nunca nos ha dicho su nombre.

También viven con nosotros el abuelo José (el papá de mi mamá) y la abuela Santiaga (la mamá de mi papá), que no se hablan desde hace quince años. Dice el abuelo que la culpa es de la abuela, que quiso envenenarle. Pero la abuela dice que eso no es cierto, que lo que pasa es que el abuelo siempre ha sido muy cegato y, en lugar de tomarse el vasito de orujo de todos los días, cogió su vasito de medicina y, claro, se puso malísimo. El abuelo dice que casi lo mata, y la abuela dice que para nada, que como mucho estuvo unos días con retortijones y nada más.

Tras varios días de peleas y gritos, al final, dejaron de hablarse y hasta hacen como que no se ven ni nada. Nosotros ya nos hemos acostumbrado pero a la gente le resulta de lo más extraño”.

... No he vuelto a tener noticias de esta familia.


Y este último, ya se ve, se había arrepentido casi antes de empezar:

Tenía una sonrisa tan amplia y blanca como la del Gato de Cheshire, tan limpia e inocente como la de Alicia y tan vieja y profunda como la de la Esfinge. Parecía, a la vez, joven y viejo, lleno de tradiciones y abierto a las novedades”.



Son un poco insoportables estos retales de historias. Son como esas mujeres a las que les gusta hacerse de rogar: los sigues sin conseguirlos y, justamente por ello, pones aún más empeño en lograrlo. Los rondas, los mimas, los buscas, intentas conquistarlos de mil maneras diferentes… hasta que llega el momento en que, cansado de tanta tontería, decides mandarlos a paseo y pasar a otra cosa.

Y ahí se quedan, siempre en principio y sin llegar a tener nudo ni desenlace.


En fin, quizás, algún día, alguno de estos relatos se anime a continuar y me deje ver toda la historia y, si no lo logro nunca pues… pues… no sé, supongo que irán al país de las historias sin contar o algo así…


P.S.: Acabo de leer el comentario de Victoria y, la verdad, me gusta la idea que sugiere así que si a alguien le apetece continuar alguna de estas historias (aquí o en su propio blog), que lo haga, me encantará ver el resultado.




17 comentarios:

  1. ¿Es una proposición? 8)

    Porque como cadena no queda mal un "Continúa con las historias hasta otro punto muerto y pásalas a otra persona".

    A mí me pasa más a menudo dejarlas sin terminar que darles un final. Cualquiera, simplemente un fin.

    Un besazo, Nanny.

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  2. Victoria: Oye, pues no lo había pensado pero tampoco sería mala idea dejar que, quien quiera, acabe la historia que le apetezca...

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  3. A veces una historia sin acabar también sugiere más que lo que cuenta. De todos modos, te sobra imaginación. Un beso.

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  4. Nanny, quizá se quedaron ahí esas historias porque querían formar parte del caleidoscopio que acabas de componer.....

    Quizá no les apetecía ser historias "monoparentales", que es una carga muy pesada, y querían ser en combinación con otras: emparejarse, "entriarse", "amalgamarse"...

    Vamos que me ha encantado el popurrí; pero,lo que más, la reflexión que las precede sobre los tipos de historias y su manera de fluir o de estancarse.....

    Besos

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  5. Esos principios son historias por sí mismas, o al menos, forman parte de una, la de una cuentista... bueno, mejor una cuentacuentos, :) con muchos "érase una vez" en la cabeza.

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  6. Nanny,¡cómo te comprendo!, algún día tendría que hacer algo así como lo que tú has hecho. En el baul de la espera hay amontonados unos pocos, de hecho el que acabas de comentar en mi blog era uno de esos que no había manera de darles salida y ayer quiso porque a él le dió la gana, salir a la palestra, porque yo no sé que le hice, más bien me hizo él a mí o me obligó a darle lo que le faltaba, pero como te decía fue él el que quiso salir a la luz.
    Besicos

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  7. Pues mira, lo planteé medio en broma medio en serio, pero si no te importa me llevo tus comienzos para ver cuál me inspira más.

    Cuando tenga algo, te aviso. Eso sí, no prometo darles un final tan bueno como los tuyos ;-)

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  8. A mí también me visitan (asoman la patita, como dices) varios inicio de historias. De todos modos, he descubierto que escribir relatos consiste, en gran medida, en desplegar un amplio abanico de técnicas persuasivas para que la historia se deje contar. Algunos, ingenuos, creen que son los autores de la historia y no es así; es la historia quien, si le caemos bien, nos deja que la pongamos sobre el papel o la pantalla. Casi siempre se me ocurre una idea vaga, embrionaria (en realidad es ella que se me asoma) y a medida que voy desarrollándola me sorprendo por los giros que da, en absoluto previstos ni imaginados al principio.

    Lo cierto es, Nanny, que siendo como dices (y como digo), te das muy buena maña para convencer a tus historias de que se dejen contar. Un beso.

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  9. Bien, bueno... Si lo pides tan atentamente...

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  10. Susana: Pues espero que estás sugieran algo a alguien porque se ve que conmigo, al menos de momento, no quieren avanzar ;)

    Escribiente: Puedes que tengas razón o también es posible que quisieran salir por aquí para buscar otra mente en la que colarse y, desde ahí, seguir viviendo... cualquiera sabe...

    Tesa: Mira, eso también es cierto, las historias inacabadas también cuentan otro tipo de historias :)

    Nani: A mí es que me daba cosa tenerlas ahí, todas juntitas, como cachorrillos en busca de familia y preferí ponerlas aquí y a ver qué pasaba. Vamos, que estoy por volver a hacerlo en cuanto se me acumulen tres o cuatro más de estas...

    Victoria: Llévate el que quieras o llévatelos todos, estaré impaciente por ver los resultados :)

    Miro: Eso es exactamente lo que yo siento y lo que me ocurre: yo no tengo mucho que ver en el proceso de crear una historia, son ellas las que aparecen y me usan para que las cuente. No soy yo quien manda, son ellas quienes me manejan a su antojo. Yo les presto mis dedos y ya... ;)

    Mario: Y si hace falta se pide por favor y todo ;)

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  11. Vaya...yo también pensaba proponerte lo mismo que Victoria mientras leía el post! ;) Es un reto interesante.

    Yo en breve me voy de vacaciones y no sé si tendré tiempo de sentarme delante del ordenador...Pero, lo cierto es que la idea me encanta! Así que, me la apunto para acordarme a mi vuelta! ;)

    Besitos guapa!

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  12. Me encantan esas historias que salen solas, de forma fuida, con la consistencia debida, donde tu mente funciona como una central eléctrica. Es como una evacuación que no precisa de laxantes ni de productos milagrosos que benefician el tránsito.

    Son las mejores.

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  13. Te he mandado un mail.
    Ya me contarás qué te parece ;-)

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  14. Uysss... me parece demasiado reto el de continuar alguna de tus historias, no se si estoy preparada!!! xDDD

    Quiza si exista ese mundo de historias no continuadas, junto a todo lo que no nos atrevemos a decir. :)

    Un besoteee

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  15. Cuando estamos frente al papel o el monitor nos pasa algo parecido.
    A veces la historia sale a chorrera y otras se hace rogar, otras sale para trasnformarse y ser otra cosa.

    Todos son comienzos muy bonitos y prometedores.

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  16. Coincido totalmente con Tesa, esos comienzos, apuntes, fragmentos... son verdaderas historias ya por si mismas.

    Y como Martha me apunto la idea de intentar, cuando este ya de regreso total de vacaciones, escarbar en alguna de ellas.

    Saludos

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  17. Publicada la continuación(?)de tu historia.

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Yo ya he hablado demasiado, ahora te toca a ti...

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